La primera pregunta sería qué es el perdón. El auge de su estudio podría asociarse a que la Psicología Positiva lo considera una de las fortalezas humanas debido a que nos aporta felicidad y efectos positivos al bienestar de las personas.
Definir el perdón es complejo. En la literatura Robert Enright lo describe como «el deseo de abandonar el derecho al resentimiento, al juicio negativo, y a la conducta indiferente hacia quien nos ha herido injustamente, a la vez que se fomentan las cualidades de compasión, la generosidad e incluso el amor hacia él o ella».
El mismo autor, hace para mi gusto una mejor y más reducida descripción del concepto diciendo que es «un regalo incondicional que se da a quien ha producido el daño».
Conductas o hábitos de perdón se encuentran ausentes o están siendo mal utilizados en muchas familias y esto genera o mantiene numerosos conflictos. De padres a hijos o viceversa, no es sano perdonar con intenciones de que así la conducta del otro cambie. Solo cuando no buscamos nada en el otro hemos conseguido el objetivo.
Ninguna relación es igual en cercanía ni importancia, y lo mismo ocurre con las situaciones o agresiones que generan el dolor. Para disminuir el malestar de no perdón de un modo más rápido se pueden usar herramientas como aceptación, retribución de sucesos, manejo del estrés o control de la ira.
A niveles más clínicos, cuando se busca estimular el perdón dentro de una psicoterapia se podrían resumir unos cuantos pasos:
- Primero: sería que la persona consiga ver la ofensa con perspectiva, ni negarla ni minimizar o magnificar su importancia. Debe objetivarlo y disminuir los sentimientos de victimización innecesarios.
- Segundo: las personas no podemos perdonar sin intentar comprender el mundo del ofensor. Sin entendimiento no habría perdón completo.
- Tercero: empatía. Componente fundamental del perdón.
- Cuarto: recordar cuando nosotros hemos ofendido y el agradecimiento que hemos sentido al recibir perdón.
En general los efectos del perdón suelen ser positivos. Dentro de las familias la resolución de conflictos en múltiples ocasiones está ligada al perdón. Conflictos que permanecen nublados por el orgullo o el sentimiento de injusticia unilateral. Las dinámicas de perdón juegan un papel esencial en la construcción de una buena convivencia. Por otro lado y no menos importante, destacar el lado oscuro que puede tener el perdón. En ocasiones puede ocurrir que se incremente la probabilidad de recibir nuevas ofensas.
En cualquier caso, el papel del psicólogo juega un papel fundamental a la hora de analizar cuándo puede ser un potenciador terapéutico y cuando estaría desaconsejado.
De un modo u otro, la reconciliación con nuestros seres queridos siempre será un buen propósito.
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